Con pergaminos de superestrella en Europa, Jorge Prado inicia camino a la conquista de Supercross

Jorge Prado ha forjado una destacada carrera en el mundo del Motocross europeo y en este 2025, inicia una nueva aventura tras unirse de tiempo completo al campeonato de Supercross.

El tetracampeón en Motocross tiene muy definido su deseo de conquistar el Supercross estadounidense que inicia esta sábado, 11 de enero, en el Angel Stadium de Anaheim, en donde la velada arranca con los entrenamientos desde las 10 a.m. PT, hasta el Evento Principal a las 7:08 p.m. PT (Peacock). La segunda parada en Anaheim será el 25 de enero, en la tercera jornada de la serie.

“Son disciplinas muy diferentes, el Motocross y el Supercross”, dijo el piloto español ahora con Kawasaki a LA Times en Español. “Tengo que coger experiencia, yo soy nuevo, digamos, aquí. Ir poco a poco, ese es mi objetivo, ir mejorando cada carrera, carrera tras carrera, ir aprendiendo. Para Anaheim, dar el 100% como siempre, pero a nivel de resultados tampoco tengo una meta. Es decir, todo lo que venga será bueno, es la primera carrera de muchas, así que con calma”.

Desde temprana edad, el oriundo de Lugo, mostró una pasión por las motocicletas, influenciado por su padre. A los tres años, comenzó a montar en moto, y a los seis, ya competía en sus primeras carreras, ganando su primera competencia a los siete años. Esto lo llevó a conquistar el Campeonato Mundial de Motocross Junior en la categoría de 65cc en 2011, así como el Campeonato Europeo de Motocross en la misma categoría.

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El piloto español Jorge Prado llega desde Europa con pergaminos de superestrella a Supercross en Estados Unidos, en donde no promete ser campeón… por ahora.

A los 14 años, Prado se coronó campeón europeo de 125cc, consolidando su reputación como una de las promesas más brillantes del Motocross.

Su ascenso continuó en la categoría MX2, donde obtuvo dos títulos mundiales consecutivos en 2018 y 2019. Posteriormente, ascendió a la categoría reina, MXGP, donde también logró imponerse, acumulando un total de cuatro títulos mundiales hasta 2024.

En 2024, Prado decidió dar un nuevo rumbo a su carrera, anunciando su transición al Supercross en Estados Unidos. Firmó un contrato con el equipo Monster Energy Kawasaki antes de iniciar su última temporada en MXGP.

“Creo que en el ámbito del Supercross, siendo realistas, yo no estoy ahora mismo para poder ganar, simplemente porque yo nunca hice Supercross, en comparación a todos estos pilotos que desde pequeños han crecido rodando este tipo de pistas, compitiendo en este tipo de pistas”, dijo Prado, de 24 años. “En Motocross, es algo que yo vengo haciendo toda mi vida”.

En 2024, Prado participó en cuatro carreras de Supercross, siendo una de ellas en Anaheim, como manera de preparar su transición y conocer la serie.

A pesar de sufrir una caída fuerte hace unas semanas durante los entrenamientos que le causó un golpe en la cabeza y en el brazo derecho y aunque hubo reportes en el que contaban con su ausencia para Anaheim, Prado aseguró que su participación en la temporada de Supercross no está en peligro. Tras dos semanas de recuperación, retomó los entrenamientos y se siente en perfecto estado para competir al más alto nivel.

“Me golpeó la moto en la cabeza y bastante fuerte en el brazo derecho”, contó Prado. “A la gente le gusta mucho y hablar sobre el tema y muchas veces sin la información correcta. Tampoco fue tan grave como para plantearnos el no correr en Anaheim. A las dos semanas estaba de vuelta en moto y ahora mismo me encuentro en perfecto estado entrenando y mejorando cada día”.

La transición del motocross al supercross representa un desafío significativo, ya que ambas disciplinas difieren en diversos aspectos técnicos y de competición. Prado es consciente de que necesitará adquirir experiencia y adaptarse a las nuevas condiciones, pero se muestra optimista y decidido a mejorar carrera tras carrera, contando con el apoyo de su nuevo equipo y compañero, Jason Anderson.

“Me encuentro super bien arropado en este equipo, además, teniendo a Jason Anderson como compañero de equipo es algo super positivo para mí”, dijo el piloto. “Tengo una muy buena referencia hacia cuando vamos a entrenar. Jason es un piloto súper rápido, campeón de Supercross en la categoría máxima, todos los días entrenando conmigo, por lo que yo puedo aprender”.

Durante su infancia en Lugo, que es una pequeña provincia en Galicia, fue un estudiante destacado, también desarrollando una pasión por la natación, llegando a competir en esta disciplina, y mostrando interés por diversos deportes de motor, como el trial de motociclismo y el ciclismo.

Lugo, su ciudad natal, y en donde vivió hasta los 11 años antes de residir en Bélgica y Roma, es conocida por su rica historia y su muralla romana que rodea el casco antiguo. Es una ciudad pequeña pero con un ambiente vibrante, caracterizada por sus paisajes verdes y bosques profundos, resultado de las frecuentes lluvias de la región de Galicia. Prado ha comparado su experiencia de vivir en Roma con su vida en Lugo, encontrando similitudes en la herencia romana de ambas ciudades, pero también notando las diferencias en el estilo de vida y la modernidad.

“Lugo es muy diferente a lo que puede ser una ciudad aquí en Estados Unidos. El centro de la ciudad está rodeado por una muralla romana, es una ciudad antigua, más peatonal”, señaló Prado. “Caminando puedes acceder a muchos puntos de la ciudad, por no decir a todos los puntos. Es una pequeña ciudad, con mucho ambiente. Aunque nos mata un poquito el tiempo, ya que en Lugo es una parte en España donde hay mucha lluvia. Pero sí, tiene paisajes súper bonitos”.

Actualmente, Jorge reside en Irvine, California, junto a sus padres, mientras se prepara para su debut en el Supercross estadounidense. Su hermana permanece en España, pero planea unirse a la familia para las próximas carreras. Con una mentalidad enfocada y una ética de trabajo sólida, Prado está listo para enfrentar los nuevos desafíos que le depara su carrera en Estados Unidos, llevando consigo el orgullo de sus raíces lucenses y el apoyo de una afición que ha seguido su trayectoria desde sus inicios.