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Cómo una estudiante de medicina usó su experiencias para escribir una novela policiaca y conseguir un contrato con Netflix

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A woman with long hair and a sleeveless top stands in front of a tree.
Grace D. Li es la autora de “Retrato de un ladrón”.
(Yi Li)

La pandemia de COVID-19 llegó cuando Grace D. Li estaba terminando su primer año de estudios de medicina. Se encontró atrapada en casa, asistiendo a clases en Zoom y sin poder poner un pie en un hospital.

“Fue la catástrofe médica más devastadora del último siglo, y no pude hacer nada para ayudar”, recuerda.

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Frustrada, la estudiante de medicina de Stanford, de 26 años, recurrió a un proyecto que le apasionaba y que le esperaba en su computadora: una novela que había empezado unos años antes. El resultado es “Portrait of a Thief” (Retrato de un ladrón), una aventura de atracos que sale a la venta esta semana y que se basa en la acción trepidante, los autos veloces y una reflexiva exploración del colonialismo occidental y las complejidades de las identidades de la diáspora china.

La historia de por qué Li recurrió a la ficción en plena crisis, y siguió dos trayectorias profesionales aparentemente opuestas, tiene tantos giros como la novela de Li, nacida de sus experiencias como científica y escritora, nacida en Estados Unidos y de etnia china.

Para Li, quien este verano comienza su tercer año en la facultad de medicina, sus opciones profesionales no son contradictorias. “A pesar de las diferencias entre la medicina y la escritura”, dice durante una reciente conversación, “ambas requieren pensar profunda y reflexivamente sobre el mundo y las personas que lo habitan”.

La premisa de “Portrait of a Thief” es aparentemente sencilla. El protagonista de la novela, Will Chen, es un estudiante de historia del arte de Harvard que es testigo del robo de artefactos chinos de un museo del campus por parte de un equipo organizado que le deja una intrigante tarjeta de presentación. Esa experiencia y un encuentro racista con los policías que investigan el crimen impulsan a Chen a ponerse en contacto con el director ejecutivo de un sombrío conglomerado respaldado por el gobierno chino. El director ejecutivo ofrece 50 millones de dólares a Chen y a su grupo de estudiantes seleccionados para que roben cinco cabezas de bronce del zodiaco que antaño adornaban una fuente en el Antiguo Palacio de Verano de Pekín.

Por improbable que parezca, Li dice que la inspiración para su novela de atracos surgió de una historia real.

Después de graduarse de la Universidad de Duke con una licenciatura en biología y una especialización en escritura creativa, Li aceptó una asignación de dos años con Teach for America en Nueva York. Enseñó biología en el Bronx y dirigió el primer programa de escritura creativa de una escuela preparatoria. Cuando estaba a punto de solicitar el ingreso en la facultad de medicina, leyó una noticia en un periódico sobre el robo de artefactos chinos de jade y oro de un museo en el suroeste de Inglaterra.

Li, cuyos padres emigraron de China en la década de 1990, dice que la historia “me impactó profundamente”. Indagando más, se enteró de que esos robos, en museos de Suecia, Noruega, Inglaterra y Francia, habían comenzado casi una década antes. Los ladrones tenían como objetivo antigüedades chinas de valor incalculable que habían sido robadas en 1860 por invasores franceses e ingleses que saquearon el Antiguo Palacio de Verano, una constelación de 200 palacios ornamentados, pabellones, patios y jardines, antes de quemar el complejo hasta los cimientos. La conflagración, que duró tres días, desencadenó en el siglo XXI el cuestionamiento por parte de China de la procedencia de los artefactos exhibidos en los museos occidentales, la apuesta de los chinos ricos y de las empresas respaldadas por el gobierno por hacerse con los objetos robados en subastas, y la especulación de que los tesoros sustraídos de los museos europeos en la última década habían sido “robados por encargo” por quienes pretendían repatriar el arte a China.

Li dice que el remolino de historias “me hizo preguntarme si yo podría haber sido uno de esos ladrones”. Las tentadoras posibilidades aprovecharon su amor por la cultura popular, incluidas las películas de atracos y la franquicia cinematográfica “Fast and Furious”, y dieron pie a su novela.

Aunque “Portrait of a Thief” refleja los intereses de Li, como buena científica, llenó los huecos con investigación. Estudió historia del arte chino, cómo hacer esculturas de bronce y las colecciones, ubicaciones y diseños de los museos europeos que albergaban algunos de los artefactos en disputa. En Stanford, se empapó del arte contemporáneo y del funcionamiento de los museos mientras servía de guía turística antes de la pandemia para los museos de arte en el campus. También encontró mentores y una comunidad en el programa Medicine & the Muse de la universidad, que apoya la diversidad y la integración de las artes y las humanidades en la educación médica.

El arduo trabajo de Li dio sus frutos: la editora Amber Oliver adquirió “Portrait of a Thief” en 2021 para el sello Tiny Reparations Books de Phoebe Robinson. Como una de las MedScholars de Stanford, Li recibió tiempo libre y financiación para terminar su novela, lo que hizo durante los frustrantes primeros días de la pandemia.

Li se unirá a un pequeño pero distinguido club de médicos que escriben novela negra. Arthur Conan Doyle, Michael Crichton y Tess Gerritsen compaginaron sus carreras médicas, utilizando el hemisferio izquierdo, con la ficción creativa del hemisferio derecho, que hiela la sangre de los lectores. Li reconoce la deuda que tiene con esos pioneros, que “me ayudaron a darme cuenta de que una carrera así era posible”.

Animada por ese conocimiento y por el estímulo de su editor, Li se apoyó en sus personajes, que son aficionados pero también arquetipos de la novela de atracos. Está Chen, el autor intelectual; su hermana Irene, una estudiante de política pública que puede salirse con la suya; Lily Wu, la compañera de cuarto de Irene, la conductora del auto de huida y una estudiante de Duke a la que le gustan las carreras callejeras; Alex Huang, el incipiente hacker del equipo y un desertor del MIT; y Daniel, el mejor amigo de Will, un estudiante de medicina que tiene información privilegiada como hijo de un agente del FBI asignado a crímenes de arte.

Aunque Li utiliza arquetipos y tropos de género, no se basó en ellos para contar una historia más grande y personal sobre la amplia gama de identidades dentro de la diáspora china.

"Portrait of a Thief" book cover.
(‎Tiny Reparations Books)

“Todo el mundo piensa que la identidad china es un monolito”, dice, “pero existe una enorme diversidad entre los estadounidenses de origen chino en términos de idioma, identidad personal, estatus socioeconómico y cómo se ven a sí mismos en relación con China. No hay una sola idea de lo que significa ser chino”.

El equipo del Gran Robo de Arte Chino, como se autodenominan los estudiantes, refleja esa realidad. Cuatro de ellos son estadounidenses, de California, Nueva York y Texas, la ciudad natal de Li; Daniel, nacido en Pekín, es un ciudadano estadounidense naturalizado. Los estudiantes de Li son lo suficientemente idealistas como para compartimentar sus crímenes como un ajuste de cuentas con las culturas occidentales y el colonialismo. Pero también reconocen que los robos les proporcionarán una enorme riqueza y la posibilidad de liberarse de los aplastantes préstamos estudiantiles y, lo que es más importante, de las vidas estructuradas que les han trazado sus familias: “el futuro tallado abierto”, escribe Li, como los preciosos artefactos que roban.

“Portrait of a Thief” atrajo suficiente expectación que Netflix eligió el libro para una adaptación televisiva, con Li como productora ejecutiva. Se trata de un espacio emocionante, aunque liminal, para una estudiante de medicina comprometida con la equidad en la salud para pacientes desatendidos y con una gira de libros que incluye una aparición el 24 de abril en el Festival de Libros de Los Ángeles Times. Dice de su debut: “Espero que ‘Portrait of a Thief’ invite a conversar sobre las formas en que la historia continúa influyendo en el presente, así como que ilumine las complejidades y alegrías de la experiencia chino-estadounidense, todo ello envuelto en una historia tan emocionante como un atraco”.

Li también compartió que está empezando una nueva novela. Continuando con la mezcla de arte y ciencia, planea ambientarla en, ¿dónde si no?, la Facultad de Medicina de Stanford.

“Portrait of a Thief” (Retrato de un ladrón)

Por Grace D. Li

Tiny Reparations Books: 375 páginas, $26

Woods es crítica de libros, editora y autora de varias antologías y novelas, entre las que destaca la serie de misterio de la detective Charlotte Justice.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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