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Bronceados y sol: cuidar tu piel para lucir morena

se recomienda usar el protector solar por todo el rostro.
se recomienda usar el protector solar por todo el rostro. Foto:EFE/Elizabeth Ruiz

Tomar el sol. Una costumbre casi obligatoria en verano y, a veces, durante todo el año. Y es que la calidez, la vitamina D y un buen bronceado, son tres elementos que hacen que sea casi irresistible resistirse en un día soleado… Pero, eso sí, hay que tener en cuenta los riesgos y las precauciones.

FOTOPROTECTOR INCLUSO CON MASCARILLA.

Si pensaba que con mascarilla no es necesario el uso del protector solar en la zona cubierta, deben saber que es una creencia errónea: con o sin cubrebocas, usar un fotoprotector es indispensable.

Así se lo cuenta a Efe Carlota Vizmanos Soláns, farmacéutica experta en dermocosmética conocida en redes sociales como @dermolink (www.instagram.com/dermolink/?hl=es), quien explica que “en época veraniega, los rayos solares aumentan la intensidad y tenemos más tiempo de exposición al sol”.

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Por ello, “se recomienda usar el protector solar por todo el rostro, no todos los tipos de mascarilla protegen de la misma forma. Y para hacerlo correctamente hay que esperar que se absorba el fotoprotector antes de ponerse la mascarilla”, explica Vizmanos.

Si prefiere broncearse sin exponerse al sol, “los autobronceadores son seguros siempre y cuando no sea necesario exponerse al sol para que actúen”

— dice la experta.

Este producto es indispensable para una rutina cosmética básica, en la que recomienda: “debe limpiarse el rostro, aplicar primero una crema hidrante y, posteriormente, el fotoprotector”.

A la hora de elegir un buen protector solar, Vizmanos recomienda “que sean gel, crema o fluido con texturas ligeras, y productos no comedogénicos, es decir, que sus componentes no obstruyan los poros, ya que eso produce imperfecciones en la piel como puntos negros”.

Además, la dermofarmacéutica también subraya: “otra característica es que sean “oil-free”, es decir, libres de aceites y de absorción rápida”.

BRONCEARSE SIN EXPOSICIÓN AL SOL.

Si le preocupa no conseguir un buen bronceado al usar protector solar (aunque protegerse no es incompatible con lucir el moreno), hay una alternativa: los bronceadores. Eso sí, hay que conocerlos bien y usarlos con responsabilidad.

Tal y como explica Carlota Vizmanos, “los autobronceadores en sí no son malos, siempre y cuando no sea necesario exponerse al sol para que actúen”. Existen varios tipos de bronceadores seguros, y sobre ellos habla la especialista.

“Por un lado, los bronceadores sin luz solar se aplican para teñir la piel durante un corto periodo de tiempo” dice. “Otro ejemplo son los polvos bronceadores, que se aplican en la piel al igual que otros tipos de maquillaje”, añade.

Sobre ellos, Vizmanos opina que “logran un bronceado sin exposición solar y no son dañinos”, aunque remarca “siempre y cuando no nos expongamos al sol sin fotoprotector solar, a no ser que estos contengan protección”.

Para una piel radiante ante el sol recomienda “protectores en gel, crema o fluido con texturas ligeras”.

Pero hay más, como “los curtidores sin luz solar, que actúan con las proteínas de la piel para originar un color del bronceado, e incluyen DHA, que se encuentra aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) e Estados Unidos , y no debe ni inhalarse, ni aplicar en las mucosas”, dice @dermolink.

La experta advierte que “aún faltan estudios concluyentes sobre los efectos a largo plazo de la DHA, que es una sustancia con un bajo perfil de toxicidad a corto plazo, pero que puede provocar reacciones alérgicas”.

Por eso, “la concentración del DHA indicada en lociones no debe superar el 10%, según el Comité Científico para la Seguridad del Consumidor de la Unión Europea”.

MÁS TIPS PARA LAS MASCARILLAS.

Tanto con bronceadores como con el resto de productos de cosmética, Carlota Vizmanos recuerda que “lo importante es ver si el producto incluye la protección solar y, ante una exposición directa al sol, siempre aplicar un fotoprotector los 365 días del año”.

Ante las sensibilidades que puede provocar la mascarilla como el “maskné” u otras irritaciones que puedan verse empeoradas con el calor y la sudoración, se pueden llevar a cabo más pasos de la rutina antes de usar el fotoprotector.

Así explica que “la higiene de la mascarilla, cambiar la mascarilla según la duración de cada una (por ejemplo, la quirúrgica cada cuatro horas) y la propia higiene, resulta fundamental, sobre todo la limpieza facial e hidratar la piel”.

Para ello, “antes de utilizar la mascarilla es recomendable realizar una limpieza facial. Recomiendo la doble limpieza: primero un limpiador con base de aceite y después con un limpiador de base acuosa”.

A continuación, “el tercer paso es aplicar un tónico para regular el pH de la piel. Y el cuarto paso sería utilizar una crema hidratante. Es muy importante hidratar la zona y esperar a que se absorba. Posteriormente aplicar el protector solar”, recuerda una vez más.

Así que ya sabe, la mascarilla no es excusa para prescindir de protegerse del sol sea verano o invierno. Pero, con o sin ella, las precauciones adecuadas les permitirán disfrutar de un bronceado saludable.

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