Una vergüenza no recibir refugiados
Someter propuestas de ley para bloquear los fondos que permitirían a los refugiados de Siria vivir en Estados Unidos es una vergüenza para la primera potencia del mundo.
Ya hay 30 estados, en su mayoría con gobernadores republicanos, que se oponen a la llegada de refugiados, principalmente porque es una medida apoyada por el presidente Obama, y no, como ellos dicen, por la seguridad del país.
Hasta ahora, las Naciones Unidas han contabilizado unos 12 millones de sirios escapando de sus lugares de residencia. Unos ocho millones se han refugiado en su propio país y otros cuatro han buscado apoyo en Europa.
Alemania acabará recibiendo a 1.5 millones de refugiados, pero en EE.UU., no podemos ni recibir a 10 mil.
Un refugiado en EE.UU. debe pasar investigaciones biométricas intensas y de ADN por parte del FBI y del Departamento de Seguridad Interna, y llevaría hasta 24 meses en ser aceptado.
El gobierno ha recibido a refugiados desde antes de la Guerra Fría; inclusive durante la guerra de Irak, en el 2003, se recibió a refugiados iraquíes.
Desafortunadamente, la vida de las familias sirias que escapan también al terrorismo no importa, cuando el verdadero objetivo es generar miedo y dar razones a los estadounidenses para llevar a los republicanos a la Casa Blanca.
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