Republicanos: no hay prisa de una legalización
Esta semana, Paul Ryan fue nombrado como presidente de la Cámara de Representantes, uno de los puestos más poderosos en el país.
Primero, porque es el tercero en línea para tomar las riendas como presidente si es que surgiera la necesidad; y segundo, es el funcionario que decide qué propuestas de ley son puestas a votación. Sin su aprobación, las medidas se mueren en el intento.
Fue precisamente lo que le pasó al proyecto de Reforma Migratoria que en el 2013 fue aprobado con un esfuerzo bipartidista, y cuando se pensaba que tenía una mayoría para llegar al escritorio del presidente, John Boehner, quien tenía el puesto que ahora tiene Ryan, simplemente no la sometió a votación.
En otras palabras, él fue el que saboteó el esfuerzo bipartidista que tiene a millones de migrantes en el limbo; claro, lo hizo con la presión extremista del Partido Republicano.
De igual forma, Ryan llega con el mismo poder y advierte que mientras Obama sea presidente, él no discutirá una reforma.
Nos preguntamos: ¿Cuál es el compromiso de Ryan o de los republicanos con la comunidad latina?
La realidad es que ninguno; ellos sirven a la clase adinerada, de la que muchos empresarios se benefician gracias a la mano de obra barata e ilegal, así que la actual situación es ideal para ellos. No hay prisa de una legalización.
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