Organizaciones piden cambios al tratamiento de indocumentados en frontera
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Chicago (IL) — El Gobierno de Estados Unidos separa familias inmigrantes en lugar de promover la unidad, por eso hay que hacer cambios en el tratamiento que se da a los indocumentados en la frontera con México, señala un informe divulgado hoy por organizaciones humanitarias que trabajan principalmente con niños.
El reporte, firmado por el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, la Comisión de Mujeres Refugiadas y Niños con Necesidad de Defensa (KIND), señala que en los últimos cinco años se ha registrado un cambio en la demografía de inmigrantes que llegan a la frontera entre EE.UU. y México.
De una mayoría de hombres adultos, a menudo mexicanos en busca de empleo, se pasó a familias, niños, abuelos, tías y tíos “que huyen juntos” en busca de protección, y en grandes cantidades desde Centroamérica, detalla el estudio.
Sin embargo, agrega, las políticas migratorias de EE.UU. no se han adaptado, carecen de mecanismos para identificar y hacer un seguimiento de los miembros de familias y estos son “detenidos o removidos separadamente”, perdiendo a menudo el contacto entre sí.
“Los niños, aunque estén acompañados por un padre, pueden quedar separados de su grupo”, y de esa manera no solamente se pierde acceso al debido proceso, sino que la deportación y reintegración de esos inmigrantes resulta “peligrosa e insegura”, indica.
El informe, titulado “Traicionando valores familiares: cómo las políticas de inmigración en la frontera de Estados Unidos separan a las familias”, propone cambios para prevenir, mitigar y hacer un seguimiento de todos los casos de separación que se registren.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) debe considerar la unidad familiar como “factor primario” y utilizar alternativas a la detención que se aplica a los indocumentados, para evitar traumas y complicaciones al debido proceso, recomienda el informe.
Otra recomendación señala que el DHS y sus agencias deben llevar un registro de las relaciones familiares de todos los detenidos, para facilitar su ubicación y reunificación futura.
Asimismo, debería considerarse siempre “el mejor interés de los niños” cuando se proceda a la remoción y repatriación de los padres o mayores que llegaron con ellos, y contratar a profesionales que se encarguen de supervisar la protección de niños y familias en la frontera.
Según el informe, el DHS y otras agencias gubernamentales carecen de políticas sobre las consideraciones humanitarias a tener en cuenta, cometen errores “intencionales o de manera involuntaria” durante sus procedimientos, y por ello “muchas familias terminan separadas innecesariamente”.