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OPINIÓN: ¿AMLO vs. USA? ¿De forma o de fondo?

Vista del viernes 6 de enero de 2012, de la Torre Corporativa de Petróleos Mexicanos (PEMEX), ubicada en Ciudad de México.
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La semana pasada y por tercera vez en poco más de un año, John Kerry, enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, visitó México oficialmente y sostuvo una reunión con el presidente. Es evidente que Estados Unidos está muy preocupado por la política energética del actual gobierno mexicano.

El tema central en esta ocasión es la reforma eléctrica o energética que AMLO impulsa y qué según el gobierno estadounidense, de entrada, no contribuye positivamente al medio ambiente, frenará las inversiones estadounidenses en México y es violatoria del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá. ¡Nada más!

Más allá de cuestiones técnicas, si lo que dice el gobierno de Estados Unidos es cierto, y aun aceptando que lo hacen en función de sus intereses y no de los nuestros, estamos frente a un problema muy serio y sorprende la frivolidad con la que aparentemente se están abordando desde México, las preocupaciones de nuestro socio y vecino.

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Las formas empleadas durante la reciente visita de Kerry son abundantes en mensajes que dejan ver un desprecio por lo dicho por el enviado especial. Sencillamente no hacemos caso de sus preocupaciones. Veamos.

John Kerry se hizo acompañar por el embajador de Estados Unidos en México y de los empresarios estadounidenses que tienen fuertes inversiones en el país. El mensaje es claro, no se trató de una visita de cortesía o de un saludo, ni para hacer anuncios de nuevas inversiones o firmar acuerdos.

Tuvo una duración de cinco horas que quizá para un presidente que dedica todos los días dos horas o más a una conferencia de prensa, no sea mucho tiempo, pero en los estándares internacionales cinco horas entre un presidente y un enviado presidencial para el clima, son muchas y hablan de que se intercambiaron puntos de vista de manera intensa.

Los mexicanos no hemos sido informados en detalle, como debiera ser, de lo tratado en la reunión. Lo que sabemos se deriva de declaraciones de John Kerry y reacciones de AMLO a las mismas. Con todo y traducción, no son ni diez minutos.

Después de este tipo de reuniones lo que se acostumbra, y vaya que John Kerry sabe de esas formas porque, entre muchos otros cargos, fue secretario de Estado con Barack Obama, es que se de una conferencia conjunta para anunciar los temas abordados en la reunión y los acuerdos que de ella se derivan. Ni siquiera hubo un comunicado conjunto.

John Kerry en una entrevista banquetera a la salida de Palacio Nacional declaró que Estados Unidos instalaría un grupo especializado para asegurarse de que la reforma que apruebe el congreso mexicano refleje la mejor forma de avanzar y que aun tenían muchas preocupaciones.

Por su parte el presidente mexicano dijo que el encuentro había sido amistoso, necesario y benéfico, pero no abordó los temas que se trataron durante cinco largas horas. El único funcionario de la cancillería presente en la reunión alegremente declaró que la reunión “salió muy bien, ya el presidente mañana les va a platicar”. Ya van varias reuniones en torno a estos temas que son respetuosas, amistosas, cordiales, benéficas y muchos adjetivos más, pero Estados Unidos sigue expresando preocupación.

Marcelo Ebrard, el canciller mexicano que debe estar en estas reuniones y prepararlas, aunque parezca increíble, estaba de gira en India y el embajador mexicano en Estados Unidos, que también debería estar presente, sigue desparecido, muchos nos preguntamos cuales son sus actividades o si ya habrá tomado posesión del cargo. Tampoco estuvo en la reunión. No se si AMLO no se da cuenta de que al aceptar una reunión de este nivel sin su canciller y sin el embajador, lo único que hace es eliminarlos como interlocutores o peor aun, esa es su intención.

A la mañana siguiente, AMLO, a pesar de lo prometido por el funcionario de la secretaría de relaciones exteriores, no informó del contenido de la reunión ni los “muy buenos acuerdos” que supuestamente se darían a conocer. Solamente dijo que la propuesta de reforma se quedaba como estaba, que los estadounidenses estuvieron muy contentos en la reunión y reaccionó a las declaraciones de John Kerry diciendo que él, en defensa de la soberanía mexicana, no aceptaba ese grupo especializado y que cuando Kerry lo mencionó él se había quedado callado. ¿Es en serio? ¿La soberanía se defiende callado? Que bueno que no se acepta esa injerencia pero que mal que eso no se aclare de frente en la reunión y al día siguiente, entre su prensa amiga, se envuelva en la bandera nacional.

Jesús Reyes Heroles decía que, en política, la forma es fondo.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

TW: @mexainstitute

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