OPINIÓN: ¿Cuántos migrantes más tienen que morir para tener una política migratoria?
Hace apenas unos días, los familiares de los 16 migrantes guatemaltecos que fueron encontrados calcinados en el estado de Tamaulipas, por fin enterraron a algunos de ellos que les fueron entregados por autoridades mexicanas. Su drama no termina, todo lo contrario.
Los migrantes se aventuraron para mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias. Hoy esas familias, además del dolor por la pérdida, tienen que ver cómo alimentan y educan a sus hijos, sin los recursos que supuestamente se iban a generar al migrar.
En México. 12 agentes policiacos enfrentan cargos y el Instituto Nacional de Migración cesó a 8 de sus agentes. Estas medidas no resuelven absolutamente nada. Por el contrario, muestran uno de los ángulos más delicados del tema. No le sirven de ningún consuelo a los familiares de los migrantes fallecidos, no servirán para pagar la educación o los médicos de los hijos de los migrantes y solo es cuestión de tiempo para que otros migrantes mueran en condiciones similares o aún peores. Anterior a estos 16 hubo 72 en San Fernando, Tamaulipas y antes hubo otros.
En sus mañaneras, AMLO se apresuró a declarar que en su gobierno no hay impunidad, que hubo consignaciones y cesados, que esa zona es muy conflictiva por la presencia del crimen organizado -que en la práctica gobierna y es dueña de ese territorio-, que es mejor no pasar por ahí y finalmente, hizo un llamado a los integrantes de esas bandas, sobre todo a los jóvenes, para que desistan de esa actividad toda vez que ya hay alternativas como el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
¿Es en serio? ¿Esa es la política migratoria de México? Lo que AMLO debería reconocer es que México no tiene una política migratoria que atienda y ordene el tránsito de migrantes, no gobierna ni controla las zonas de tránsito y debería presentar un plan para atender ese proceso social que ocurre en territorio mexicano.
Lo que uno espera de un gobernante es que cuando hay un problema tan evidente, tan lastimoso, que ocurre en el territorio que él gobierna y que afecta a tantas personas, su gobierno diseñe programas y políticas públicas que atiendan ese proceso y lo ordenen. Actuar después de encontrar a los migrantes calcinados sin atacar las raíces, vaya sin siquiera mencionarlas es, por decir lo menos, faltar a sus obligaciones más básicas.
Desde hace muchos años se sabe del involucramiento de los agentes del Instituto Nacional de Migración y de otras autoridades en hechos como los mencionados. No es nuevo. Hace más de 20 años un titular de ese instituto me compartía que cuando visitaba las delegaciones, parecían visitas de suegra me decía, los agentes se portaban bien en su presencia pero apenas se subía al avión que lo regresaría a la Ciudad de México, los agentes volvían a “lo mismo”, a extorsionar migrantes, a obtener ilegalmente beneficios del flujo migratorio. Esto no empezó con AMLO, pero se suponía que este gobierno sería diferente.
Los agentes cesados, que supongo serán procesados y no solo despedidos, son de la administración de AMLO. Después de dos años ya no se puede culpar al pasado de que estos agentes estén relacionados con la muerte de migrantes. ¿Por qué no reconocer el problema y detonar mecanismos que generen una verdadera política migratoria del Estado Mexicano?
El tema no va a terminar cesando agentes o declarando en las conferencias matutinas que este gobierno es diferente y menos aún invitando a los integrantes del crimen organizado a inscribirse en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
Las políticas de Trump, instrumentadas por el gobierno de AMLO y en su momento presentadas como un éxito, crearon una especia de “tapón” que obligó a los migrantes a posponer, solo a posponer, su viaje o bien a echarse en brazos de organizaciones criminales, sin importar los riesgos y con consecuencias como las que hemos descrito.
Al desaparecer ese “tapón” artificial la situación se puede desbordar fácilmente. Primero porque hay una demanda acumulada de migrantes que con Biden, quien se compromete a no separar menores y a no dejarlos en México, ven mayores posibilidades de llegar a Estados Unidos. Y segundo porque sin Trump dándole instrucciones a AMLO no habrá miles de elementos de la Guardia Nacional mexicana deteniéndolos.
El problema más grave está en territorio mexicano y la respuesta que hasta ahora ha esbozado el gobierno mexicano me recuerda a un colega que decía: la política migratoria de México es la de no tener política.
* Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute
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