Por qué los viajes en jet privado están en auge en Hollywood durante la pandemia

Cuando el veterano productor Bill Mechanic comience a filmar su última película, “The Divide”, en Australia a finales de este año, sabe que tendrá que alquilar un jet privado para llevar a su actor principal.

En circunstancias normales, eso no se contemplaría. Por lo general, para una función independiente de presupuesto limitado, todo el elenco y el equipo, incluso las estrellas, toman vuelos comerciales, que son sustancialmente más baratos.

Pero el productor nominado al Oscar está dispuesto a pagar los costos adicionales para llevar al actor (a quien se negó a identificar) de Los Ángeles a Australia, para reducir el riesgo de un brote de COVID-19 en el set.

“Eso se convierte, incluso con un presupuesto ajustado, en algo con lo que no peleas, ya que, si tus estrellas dan positivo, te cancelarían el rodaje”, explicó Mechanic, un exejecutivo de Fox y Disney que produjo las películas “Hacksaw Ridge” y “Coraline”. “Se pierde más dinero sin ser inteligente”.

No son solo las celebridades de primer nivel las que exigen vuelos privados. Cada vez más, las solicitudes para el uso de tales beneficios provienen de un grupo más amplio de elenco y equipo que está nervioso por infectarse con COVID-19, mientras viaja en vuelos comerciales o porque las rutas directas se han suspendido como resultado del colapso aeronáutico relacionado con la pandemia.

Algunos estudios y productores se han resistido a las exigencias de viajes en jet privado, en un momento en que muchos enfrentan una presión financiera adicional, provocada por nuevas medidas de seguridad destinadas a prevenir brotes de coronavirus.

Pero, como Mechanic, muchos están dispuestos a comprometerse debido a las extraordinarias circunstancias provocadas por la crisis de salud.

“Si un estudio está haciendo que una estrella o un maquillista llegue a un lugar determinado que requiera viajar en avión y la persona quiere ir, el productor financiero hará cualquier acomodo que considere apropiado. Entonces se convierte en una negociación”, explicó el veterano representante de talentos Larry Thompson, cuyos clientes incluyen a William Shatner.

La disposición de los estudios a realizar adaptaciones es un cambio notable, señaló.

“‘No hay suficiente dinero’, eso se escucha en todas las películas”, comentó. “Ahora no es algo que estés escuchando”.

Los jets privados no se utilizan solo para transportar al elenco y al equipo.

En agosto, pocos meses después de que los funcionarios de salud de Los Ángeles aprobaran el reinicio de la filmación en la región, los productores del programa “S.W.A.T.”, de CBS, enfrentaron una fecha límite para que el elenco y el equipo se realizaran pruebas de COVID-19 durante un fin de semana para cumplir con su calendario de filmación.

Con una ventana de 48 horas para obtener los resultados y solo un laboratorio en Austin, Texas, disponible para procesarlos a tiempo, la única opción era usar un jet privado para llevar las muestras mil millas, según una persona cercana a la producción que no estaba autorizada a comentar. Ninguno de los miembros del elenco y el equipo viaja en privado para el programa y nadie se trasladó en avión como parte de este evento único, informó la persona.

Los productores deben realizar estas pruebas al elenco y al equipo según un acuerdo de regreso al trabajo con los sindicatos de la industria del entretenimiento. Algunos programas, como “The Bold and the Beautiful” de CBS, una de las primeras series importantes en reiniciar la filmación, inicialmente tuvieron problemas para obtener un procesamiento confiable para cientos de pruebas, pero desde entonces se han abierto más laboratorios para brindar a los productores una mejor opción de servicios.

Algunas empresas se han beneficiado de la creciente popularidad de los viajes en jet privado.

“Inicialmente perdimos muchos negocios debido a cancelaciones, pero terminamos reservando más del doble de vuelos en 2020”, indicó Richard Zaher, director ejecutivo y fundador de Paramount Business Jets, una empresa de jets privados con sede en Leesburg, Virginia, que organiza vuelos incluso fuera de Los Ángeles.

Zaher, de 46 años, estima que las ventas se duplicaron con creces durante el último año, a más de $25.5 millones en 2020.

Él atribuye al menos algo de eso a empresarios, corporaciones e individuos adinerados que nunca antes habían volado en avión privado, pero que ahora lo hacen debido a la pandemia.

Zaher dice que la industria del entretenimiento representa una pequeña, pero creciente, participación de sus ventas.

A fines de diciembre, una compañía de producción que filmaba un comercial del Super Bowl decidió alquilar un avión privado para transportar a la tripulación y las estrellas desde Los Ángeles a Milwaukee y Green Bay, Wisconsin, comentó Zaher.

“Las personas en las casas de producción también están pensando en la seguridad de su personal, al igual que todos los demás, así que sí, definitivamente estamos viendo un aumento en la demanda en ese sentido”, indicó Zaher.

Un cliente del estudio quería rentar un jet privado para transportar muestras de pruebas de COVID-19, mientras que otro cliente famoso usó este medio para que su asistente pudiera viajar desde Los Ángeles para visitar a la familia en diciembre, agregó, sin nombrar a nadie.

El costo por hora de alquilar un jet privado varía de $2.000 a $10.000, informó Zaher.

Volar de Van Nuys a Teterboro, Nueva Jersey, una de las rutas más populares, cuesta entre $26.000 y $32.000 por trayecto, dependiendo del avión, explicó Zaher. Volar en privado puede costar al menos cinco veces más que volar en comercial, agregó.

Los estudios ya están sufriendo pérdidas de miles de millones de dólares por los cierres relacionados con la pandemia en 2020. El COVID-19 ha significado que las producciones pueden llevar más tiempo, ya que las horas de trabajo ahora están limitadas en el set bajo las nuevas medidas de seguridad acordadas con los sindicatos. Estas también requieren que las producciones paguen los costos adicionales de pruebas y desinfección de conjuntos y equipos. Eso puede agregar $1 millón al presupuesto regular de una película.

Si bien volar en privado puede parecer una extravagancia, la desventaja de que un miembro clave de la tripulación, como un director o actor, sea infectado con COVID-19 es un cierre de producción extremadamente costoso, lo que puede provocar pérdidas que superen los $100.000 diarios.

Algunos estudios de Hollywood poseen o alquilan sus propios aviones, que también son utilizados por ejecutivos. Estrellas como Oprah Winfrey, Jim Carrey y John Travolta tienen los suyos.

Con películas de gran presupuesto, las solicitudes de vuelos privados no son inusuales. Warner Bros. llevó a Keanu Reeves en un jet privado al rodaje de “Matrix 4” en Berlín el verano pasado, según una persona familiarizada con la situación que no estaba autorizada a comentar. Un representante de Reeves se negó a comentar.

En cambio, algunos productores ofrecen ventajas como el servicio de terminal privada del aeropuerto de Los Ángeles, LAX. Esta área, en las afueras del aeropuerto, permite a las personas VIP registrarse para su vuelo, relajarse en su propia habitación con acceso a refrigerios y duchas, pasar por un puesto de control de seguridad y ser llevados a su avión sin poner un pie en una terminal LAX.

Un impulso en la demanda de la industria del entretenimiento ha creado una nueva capa de ingresos para Private Suite (PS) en LAX, frecuentada por estrellas como Gabrielle Union y Jamie Foxx.

“Los grandes estudios e incluso las compañías de producción más pequeñas están solicitando la adquisición de terminales completas para sus viajes de producción”, señaló Amina Belouizdad, codirectora ejecutiva de PS en LAX. “Esto permite que todo el equipo (talento, camarógrafos, etc.) tenga nuestra terminal privada completamente para ellos cuando tomen un vuelo comercial”.

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