‘Todo se acaba, así que a follar y comer’: Dorian Wood

Dorian Wood es un artista, un músico y un ser humano completamente fuera de serie; proveniente de aquél ‘Echo Park’ de Valentina (Rupaul´s Drag Race) en California.

Hijo de padres costarricenses, Dorian comenzó a tocar el piano durante su niñez, bajo las enseñanzas de su abuelo, el pianista y compositor Calasanz Álvarez. Estudió música en el Conservatorio de Castella en Costa Rica, y cine en Los Angeles City College, estudios que abandonó para concentrarse por completo en sus composiciones, tocando en primera instancia en los circuitos californianos de los bares gays.

En la música de Dorian Wood podemos encontrar dulces melodías en las que renacen los traumas de la niñez, el divorcio, el bullyng, la discriminación: “Fui el gordo maricón que se cagaba los pantalones pero que tocaba Debussy a los cinco años. Entre discriminación y apoyo salio este relajo de ser humano”. Música influenciada por las notas y las líricas de Brian Wilson (‘The Beach Boys’).

A Woods le aburre leer: “No me gusta leer del todo, […] Me da mucho sueño leer”. Y no le encanta hablar acerca de su proceso creativo, es muy reservado; dice que no se sentirá solo mientras existan las redes sociales. Es un aliado más del feminismo en L.A., pero como hombre, no se siente del todo cómodo en ese terreno, y así como algunos pintores aseguran que Picasso hizo lo imposible, en la música, Dorian Wood afirma que Nina Simone ya lo ha comunicado todo.

Dialogué con Dorian Wood, una de las voces más claras de la escena underground Angelina contemporánea, en una entrevista sutil y honesta, en la que Dorian nos ofrece, entre otras cosas, una importante lección: “Todo se acaba, así que a follar y comer”.

¿Cómo se paga en Los ángeles el hecho de ser distinto de lo “convencional”?

Se paga muy bien, porque no hay carrera en este mundo que pague mejor que el de ser un artista fuera de lo convencional.

“Y sólo una persona que haya sido discriminada sabe lo que eso representa y lo profundamente que hiere. La herida es diferente en cada persona y en cada persona deja una huella distinta”, escribió Haruki Murakami en ‘Kafka en la Orilla’ (2002). ¿Cuál es la huella que dejó la discriminación en Dorian Wood?

Todo deja huellas. Todo es trauma. De niño, personas de todas edades se burlaban de mi gordura, del color de mi piel, y de mis manerismos afeminados. También hubo mucha gente que apreciaba mi talento artístico desde una temprana edad. Fui el gordo maricón que se cagaba los pantalones pero tocaba Debussy a los cinco años. Entre discriminación y apoyo salio este relajo de ser humano.

¿Qué representa para ti Brian Wilson?

Como la mayoría de los genios, tuvo su época dorada por muy poco tiempo. “Pet Sounds” y “Smile” me han mostrado la posibilidad que puede tener la melodía, y sus direcciones casi infinitas.

Sé que no te apetecen mucho las definiciones concretas, pero, ¿cómo definirías tu sonido, si tuvieras que explicárselo a un niño de ocho años que ha perdido todo y al que sólo le queda la música?

Yo jamas le haría eso a un niño.

¿De qué manera la soledad ayuda a escribir canciones?

Nunca me siento solo, mientras que tenga Instagram al alcance.

La parte literaria y musical forman dos niveles de un mismo discurso. La literatura usa la música como coartada: el texto de las canciones necesita de ella, la poesía comparte con la música uno de sus elementos esenciales como lo es el ritmo, ¿cómo se conjuga la literatura y la música en el trabajo de Dorian Wood?

No me gusta leer del todo. Eso te lo puede confirmar mi marido. Es por accidente que exista tanta letra en mis canciones. Perdóname. Es que no me gusta hablar de mi proceso creativo.

¿Cuál consideras que sea tu disco más poético?

No puedo escoger sólo uno, la verdad. Es mejor que los maten a todos.

¿Qué estás leyendo ahora?

Me da mucho sueño leer. El ultimo libro que leí de principio a fin fue ‘Yargo’ (Bantam Books, 1979) de Jacqueline Susann, y eso fue hace mas de tres años.

En ‘La Cara Infinita’ hablas sobre la liberación femenina, una especie de profecía fantástica que explica lo que ocurriría en el fin del mundo si las mujeres se liberasen de todas las prisiones que las contienen (sociedad, opresión, expectativas): se liberan, se unen y “desnudas escapan al cielo”; ¿actualmente, cómo es el movimiento feminista en L.A. y de qué manera lo apoya Dorian Wood?

Yo intento de mostrar mi alianza al feminismo lo mas que puedo, y es verdaderamente un enfoque mayor cada día. Digo que soy aliado al feminismo pero no me siento cómodo llamándome feminista, porque soy hombre. Me parece que los hombres, por mas esfuerzos que hagan de apoyar ideas feministas, aun siguen siendo hombres que han aprovechado de una sociedad que históricamente ha dado prioridad a su genero. No me parece correcto del todo, y por mas que mis intenciones de quitarle potencia a la hipermasculinidad sean prevalentes en mi vida, el llamarme “feminista” no borra el pasado, ni el presente, y un hombre feminista jamás será igual a una mujer feminista. Por eso siento que es mi deber de escuchar más y aprender más del movimiento feminista directamente de las voces de las mujeres, y apoyar siempre, pero mantenerme callado cuando sea necesario.

¿Trabajarás más con Eddika Organista?

Seria un sueño. Eddika es una gran artista. Un talento enorme. Y que corazón tan bello. La adoro.

¿La ira es energía?

Si, claro. Es la energía más sabrosa. Creo que es la única que uno puede sentir estando en la otra habitación.

¿Qué representa la metáfora del elefante en tu lírica?

Hace años tuve un sueño en donde miles de elefantes flotaban en el cielo. Era bello y terrorífico. Significaba el fin del mundo en el sueño, y al igual en mi música. Todo se acaba, así que a follar y comer.

Si tuvieras que dar un mensaje al mundo, con qué disco tuyo o de otro artista lo harías.

Nina Simone lo ha comunicado todo. En esta vida se puede amar y odiar del mismo corazón, y de toda pasión. El no temerle a los sentimientos de uno, y compartirlos sin herir a propósito a los demás. Nina Simone mostró con todos sus discos que sí se puede, y sí se puede.

¿Cuándo tocarás en México?

Quiero tocar muy, muy pronto en México. Ni te digo cuánto quiero tocar ahí, porque me pongo a llorar del entusiasmo.

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