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Sí, hay un aumento en la migración infantil, ¿pero implica una ‘crisis’ en la frontera sur?

A migrant family crosses the border, Feb 26 from Ciudad Juarez, Mexico, into El Paso.
Los migrantes centroamericanos esperan comida en un centro de procesamiento en El Paso, erigido por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
(Cedar Attanasio / Associated Press)

En enero y febrero, las autoridades fronterizas encontraron más de 15.000 menores no acompañados. ¿Es un aumento significativo? Estos son los datos.

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Una vez más, se dice que la frontera sur de Estados Unidos está en “crisis” después de un aumento en el número de niños que cruzan clandestinamente, sin sus padres.

La semana pasada, los republicanos de la Cámara se lanzaron sobre el tema. El lunes, una delegación republicana viajó a la ciudad fronteriza de El Paso, donde se reunieron con una multitud de reporteros y describieron el límite con México como un caos.

“No hay otra forma de definirlo; es una crisis fronteriza de Biden”, afirmó el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, de Bakersfield.

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Sin embargo, ¿es realmente una crisis?

Estas son las novedades

En enero y febrero, las autoridades fronterizas encontraron más de 15.000 menores no acompañados, una escalada de niños migrantes solitarios en la frontera que comenzó el año pasado, según las estadísticas más recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU (CBP, por sus siglas en inglés). Pero su número ha aumentado exponencialmente en las últimas semanas. Según la agencia Associated Press (AP), la Patrulla Fronteriza tiene detenidos a más de 3.000 niños, un récord.

El aumento de menores migrantes volvió escasa la capacidad de detenerlos y albergarlos de manera segura, y hay informes acerca de las condiciones miserables y de hacinamiento en que se encuentran, lo cual podría describirse como una crisis humanitaria.

¿Quiénes son los menores no acompañados?

Los menores no acompañados son niños que llegan a Estados Unidos sin sus padres. Muchos, en particular los menores de 14 años, son guiados por un contrabandista o un familiar que no es progenitor, de quien los funcionarios generalmente separan a los niños y los clasifican luego como ‘no acompañados’. Rara vez los menores de 14 años hacen el viaje completamente solos, argumentan los expertos.

Diga adiós a cualquier mención oficial de “asimilación” y hola a la “integración cívica”. Es hora de sustituir “extranjero” por “no ciudadano”. ¿Y “extranjero ilegal”, el dúo de sonidos que evoca imágenes de invasiones intergalácticas?

¿La cantidad de estos menores está alcanzando niveles récord?

A primera vista, las cifras parecen ser más altas que las de un aumento histórico ocurrido en 2019, cuando CBP informó 12.758 detenciones de niños migrantes solitarios durante el mismo período de tiempo.

Pero los datos pueden ser engañosos y difíciles de comparar: el Departamento de Seguridad Nacional clasificó los números de 2019 como “detenciones”, mientras que en 2021 se describen como “encuentros”.

CBP define las detenciones como “el control físico o la retención temporal de una persona que no se encuentra legalmente en EE.UU, que puede resultar en un arresto o no”. En 2019, las detenciones se referían a cualquier individuo que fuera detenido por funcionarios fronterizos cuando intentaban cruzar la frontera ilegalmente entre puertos de entrada.

Después de marzo de 2020, el entonces presidente Trump invocó el Título 42, una autoridad de salud pública de 1944 que rara vez se usaba y que, según su administración, permitía a los funcionarios fronterizos expulsar rápidamente a los migrantes que buscaban ingresar al país, aparentemente para frenar la propagación del coronavirus. La mayoría de quienes cruzan la frontera sin permiso simplemente son “expulsados”, sin mucho procesamiento.

Desde que se invocó el Título 42, la Patrulla Fronteriza ha etiquetado los datos como encuentros, no aprehensiones. Es problemático compararlos, porque los encuentros pueden significar múltiples intentos de cruzar por parte de una persona, lo cual infla artificialmente los números. CBP estima la tasa de reincidencia, o repetición de cruces, en un 40%.

Hubo un gran número de menores no acompañados en 2014 y 2019. ¿Es diferente esta vez?

La violencia y la inestabilidad política son los principales factores que impulsan el éxodo, eso no ha cambiado significativamente a lo largo de los años. Gran parte de la migración proviene de Guatemala, El Salvador y Honduras. La situación se vio agravada por los huracanes recientes y las consecuencias médicas y financieras del COVID-19.

Desde las sillas del director hasta las suites ejecutivas y los asientos de las salas de cine, ningún elemento de Hollywood quedará intacto a medida que las películas de la sociedad avancen desde la pandemia. Le preguntamos a la gente de toda la industria cómo sería el futuro.

En 2014, un éxodo de niños inmigrantes no acompañados de América Central tomó por sorpresa a la administración Obama, incluido el vicepresidente Joe Biden. En respuesta, la administración tuvo que improvisar y construir un refugio, creado con cercas de tela metálica, en un almacén en Nogales, Arizona. Las imágenes de esa instalación circulan regularmente en las redes sociales cada vez que los críticos hablan de “niños en jaulas”.

Según la ley, los chicos migrantes no acompañados que no son de un país contiguo requieren un trato diferente al de los adultos. En sus intentos de manejar una situación abrumadora, el gobierno retuvo a los niños en estaciones fronterizas y centros de detención mientras los funcionarios luchaban por encontrarles un lugar para vivir mientras sus casos se abrían camino en los tribunales de inmigración. Además, el éxodo llevó a la administración Obama a resucitar y expandir drásticamente la detención familiar, que según los estudios causa daño psicológico a los menores.

En el pasado, muchos de estos inmigrantes se rindieron a los funcionarios fronterizos estadounidenses y solicitaron asilo, que es su derecho legal según las leyes de EE.UU e internacionales. Pero eso cambió durante la administración Trump, que impuso una serie de políticas de línea dura, que hacían casi imposible pedir tal beneficio en este país.

Con el asilo y otras vías legales de inmigración esencialmente bloqueadas por la administración Trump, los inmigrantes recurrieron más a organizaciones de contrabando y trataron de cruzar la frontera ilegalmente.

En 2019, la inmigración ilegal se disparó, a pesar de las estrictas políticas de Trump. En el año fiscal 2019, los funcionarios fronterizos detuvieron a 977.000 personas en la frontera sur; se estima que 80.000 de ellos eran menores no acompañados.

“A pesar de que el gobierno de Trump puso en práctica algunas políticas bastante draconianas, toda su retórica antiinmigratoria (la construcción de un muro, la separación familiar) no impidió que la gente viniera”, expuso David Lapan, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional de esa administración.

¿Qué está haciendo el presidente Biden para abordar el aumento de los menores no acompañados en la frontera?

Más recientemente, la administración Biden ordenó a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias que apoyara a los funcionarios fronterizos en la gestión de la llegada de chicos no acompañados.

Theresa Cardinal Brown, directora gerente de inmigración y política transfronteriza del Bipartisan Policy Center, lo calificó como un “paso prudente”, que muestra que Biden está tomando la situación en serio.

“FEMA está respondiendo rápidamente a los desafíos humanitarios y logísticos en respuesta a los desastres naturales”, comentó en una declaración escrita. “Estas capacidades son exactamente lo que se necesita en este momento para gestionar eficazmente la migración en la frontera sur”.

Biden se comprometió a adoptar un enfoque más humano que el de 2014. Su administración intenta reabrir un centro de afluencia temporal para niños migrantes no acompañados en Carrizo Springs, Texas, y se están preparando otros, con miras a prontas aperturas.

Pero el retroceso político es otro asunto. Y la óptica de lo que se ha denominado una “crisis fronteriza” podría reducir sus aspiraciones de aprobar algún tipo de reforma migratoria integral este año, que proporcionaría una vía hacia la ciudadanía estadounidense para más de 11 millones de personas que se encuentran en el país sin estatus legal.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, y otros líderes republicanos culpan por la situación a las “políticas de fronteras abiertas” de Biden. ¿Somos ahora una nación de “fronteras abiertas”?

No. Si bien hay un aumento en la inmigración ilegal, Estados Unidos permanece cerrado a la mayoría de los extranjeros debido a la implementación del Título 42 por parte de Trump.

Hasta ahora, la administración Biden ha mantenido la orden, excepto para los niños que cruzan la frontera sin uno de sus padres. La administración ya no expulsa a los menores no acompañados, pero aún deporta rápidamente a muchos niños que viajan con sus padres.

Los más de 15.000 menores no acompañados son una escalada, pero representan una pequeña fracción de los casi 180.000 encuentros en general durante los primeros dos meses de este año. Y dicha cifra es menos de la mitad de las casi 400.000 detenciones en la frontera sur durante el mismo período del año fiscal 2000. Ese año, los funcionarios fronterizos realizaron 1.64 millones de detenciones, un récord histórico.

Molly O’Toole, en Washington, D.C., contribuyó con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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