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Columna: La histórica temporada de los Clippers termina con una derrota en el sexto partido

 Clippers guard Patrick Beverley is surrounded by Suns players after he shoved Chris Paul in the back during Game 6.
(Gina Ferazzi/Los Angeles Times)

La carrera mágica de los Comeback Clippers en los playoffs de la NBA terminó de una manera fea con una derrota por 130-103 que les recordó a todos el pasado de la franquicia.

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Estaban cansados, frustrados y acabados.

Se lanzaron codazos. Se arrancaron una camiseta. Se golpearon, se perdieron balones y todo terminó con un empujón.

La mágica racha de los Clippers, ese maravilloso equipo finalmente perseguido por su presente y condenado por su pasado, terminó en un lío el miércoles por la noche.

Intentar ganar un cuarto partido de eliminación en esta postemporada y hacerlo sin la estrella Kawhi Leonard y el incondicional Ivica Zubac ya era bastante difícil.

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Tratar de ganarlo contra un equipo desesperado como los Suns de Phoenix, liderado por un ex Clipper y hambriento de campeonatos, Chris Paul, resultó imposible.

Video highlights from the Phoenix Suns’ 130-103 victory over the Los Angeles Clippers in Game 6 of the Western Conference finals on June 30, 2021, at Staples Center.

En el sexto partido de las Finales de la Conferencia Oeste en el Staples Center, los Suns cerraron la serie y los Clippers rechinaron los dientes en una victoria de los Suns por 130-103 que dio a Phoenix una decisión de cuatro partidos a dos.

Los Suns avanzan a Las Finales de la NBA por primera vez en 28 años. Los Clippers habían avanzado a las Finales de conferencia por primera vez en 37 años en Los Ángeles, pero no llegarán más lejos.

Fue divertido mientras duró, pero podría haber durado más. Estuvieron a punto de ganar dos partidos más en esta serie, si solo hubieran tenido a Leonard...

“Habríamos seguido adelante”, dijo Paul George. “Esta serie habría sido muy diferente... estábamos muy cerca”.

En lugar de ello, terminaron muy lejos, finalmente colapsando bajo su propia carga.

“Creo que estaban agotados”, dijo el entrenador Tyronn Lue.

George, que había jugado más minutos que nadie en estos playoffs de la NBA, anotó nada más 21 puntos, tuvo solo dos canastas más que pérdidas de balón, y únicamente hizo tres canastas en la segunda mitad. Estaba aniquilado.

“Es lo que es”, dijo George. “Me quedé corto otra vez (...) mi juego no fue suficiente”.

El cansancio estaba en todas partes. Reggie Jackson, que jugó bastante tiempo como “Mr. June”, falló ocho de 12 tiros. Terance Mann, que anotó 39 puntos en el partido decisivo contra Utah, tuvo solo cinco. Los Clippers fueron superados por 20 puntos en los rebotes y por nueve puntos en balones de segunda oportunidad. Todos fueron aniquilados.

“Es una desgracia que se haya terminado... pero no podría estar más orgulloso... no podría estar más orgulloso”, dijo Jackson con lágrimas en los ojos.

El público estuvo de acuerdo, rugiendo hasta el final, cobrando vida como lo hizo a lo largo de una postemporada que fue una afirmación de la existencia de toda una Nación Clippers. Pero incluso las gradas, salpicadas de aficionados de los Suns, contuvieron la decepción cuando se produjo una brutal pelea detrás de una de las canastas al final del partido.

Suns guard Chris Paul wins the battle for a loose ball against Clippers guard Terance Mann during Game 6.
Suns guard Chris Paul wins the battle for a loose ball against Clippers guard Terance Mann during Game 6 on Wednesday night at Staples Center.
(Gina Ferazzi/Los Angeles Times)

“Les damos las gracias por su apoyo en esta temporada tan histórica”, dijo el locutor Eric Smith cuando el público se marchó finalmente, a regañadientes.

Efectivamente, han hecho historia, pero esta ha terminado en la pantomima. Los Clippers habían ido a la zaga la mayor parte del partido, parecía que podían remontar... y entonces su pasado apareció y se burló de ellos.

Faltando 4:01 para el final del tercer cuarto, los Suns ganaban por 17, pero entonces los Clippers iniciaron una seguidilla de 10-0. Una canasta de Nicolas Batum, tiros libres de George, un triple de Marcus Morris, un triple de Batum, y volvieron a estar en el partido, con una desventaja de siete faltando 1:43.

Entonces apareció Chris Paul.

Sí, ese Chris Paul, con 36 años y en su 16ª temporada. Sí, el mismo Chris Paul que pasó seis tentadores años con los Clippers, fracasando siempre en su intento de llevar a Lob City al siguiente nivel.

Paul nunca ha estado en unas Finales de la NBA, y de repente, por fin, esta vez, jugó como si nadie pudiera impedírselo.

Con el público rugiendo y los Suns tambaleándose, Paul acabó con todo. Anotó un triple abierto. Anotó una canasta. Frustró de tal manera a DeMarcus Cousins que este le dio un codazo en la cabeza. Y encestó otro triple. El cuarto terminó con los Suns en posesión de una ventaja de 14 puntos, y Paul apenas estaba empezando.

Al comienzo del cuarto período, Paul encestó una canasta, y otra canasta, y una carrera, y un salto en suspensión, y luego coronó su carrera con un tiro de tres puntos mientras era derribado antes de añadir un tiro libre.

Oh, esperen. Volvió a recuperan el balón y anotó de nuevo un triple. No paró hasta que, durante un tiempo muerto, Patrick Beverley, de los Clippers, le empujó por la espalda, lo que provocó una expulsión que Beverley convirtió en un espectáculo al lanzar su camiseta a las gradas.

En la segunda mitad, Paul anotó 31 puntos, más que cualquier Clipper en el partido. En total, Paul anotó 41 puntos con solo ocho fallos entre 24 tiros e incluyendo siete triples.

Clippers series vs. Suns
(Tim Hubbard / Los Angeles Times)

“No sabía que iba a ser de esta manera, pero así es Chris”, dijo el entrenador de los Suns, Monty Williams. “Estaba cansado y seguía haciendo ese tipo de jugadas: llegando a la canasta, los triples, orquestando todo”.

Entonces, para los aficionados de los Clippers que deseaban haber visto esto hace varios años, se puso peor. Tras el partido, los Suns aceptaron el trofeo de la Conferencia Oeste en el centro de la cancha mientras un lloroso Paul era entrevistado por el sistema de megafonía.

Hubo cientos de aficionados de los Suns que vitorearon, pero la mayoría de los espectadores restantes refunfuñaron y se quejaron e incluso abuchearon en un final muy incómodo para una noche difícil. Fue una pena, porque a lo largo de la postemporada los aficionados de los Clippers formaron parte de la magia tanto como los Clippers, emergiendo de las sombras del paisaje deportivo de Los Ángeles, convirtiendo el Staples Center en un mar de rojo y negro lleno de amor.

“Quiero dar las gracias a los aficionados”, expresó Lue. “Quiero decirles que han sido increíbles durante toda esta experiencia”.

Estuvieron juntos hasta el final, hasta que los aficionados acabaron ovacionando a cada uno de los jugadores cuando abandonaron el partido en los últimos minutos.

Tanto el equipo como el público terminaron la carrera de pie, atormentados por su presente, condenados por su pasado, pero, por una vez, claramente en posesión de su futuro.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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