LOS ÁNGELES — En el corazón del Valle de San Fernando, un grupo de madres latinas transformó una iniciativa comunitaria en un movimiento que sigue cambiando vidas.
Chicas Mom, una organización sin fines de lucro establecida formalmente en septiembre de 2016, comenzó como un club de adolescentes en los años 90, en respuesta a los desafíos que enfrentaban los jóvenes: drogas, pandillas y una falta de supervisión mientras sus padres trabajaban.
La semilla de Chicas Mom se plantó cuando varias madres crearon Chicas in Control and Succeeding (CH.I.C.A.S.), un programa diseñado para empoderar a adolescentes y ayudarlas a superar obstáculos. Las madres, observando el impacto positivo en sus hijas, decidieron replicar el modelo para mujeres adultas un tiempo después de que el programa original terminara.
Cuando las jóvenes crecieron y el grupo CHICAS se disolvió, las fundadoras –Gladys Ayala, Maribel García, Mirna Jiménez y Xóchitl Ramírez– redirigieron su energía hacia las madres latinas inmigrantes que enfrentaban barreras para navegar el sistema y la cultura estadounidense.
“Queríamos que otras mujeres aprendieran, no solo para ellas mismas, sino para sus familias y comunidades”, dijo Gladys Ayala, una de las madres fundadoras.
El camino no fue fácil, en noviembre de 2015, durante una cena de Acción de Gracias, casi 20 mujeres se reunieron para definir lo que se convertiría en Chicas Mom. Al pasar los meses, muchas siguieron en la lucha, pero varias se retiraron por otras obligaciones.
Las fianzas de inmigración, que son establecidas a discreción del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), y de los jueces de inmigración, permiten que los no ciudadanos que enfrentan procesos de deportación sean liberados mientras se decide su caso.
“El grupo que permaneció en pie finalmente se enfocó en ofrecer recursos, educación y apoyo integral para las mujeres, abarcando temas como violencia doméstica, nutrición, salud física y digital, y derechos legales”, dijo Ayala, originaria de Paraguay y residente de San Fernando.
En marzo de 2017, Chicas Mom organizó su primera conferencia en San Fernando, donde se esperaban 40 asistentes, pero llegaron unas 150 personas, reflejando la urgente necesidad de este tipo de recursos.
Según Ayala, la pandemia trajo nuevos retos y Chicas Mom respondió ampliando su enfoque para incluir a toda la familia. Organizaron un banco de alimentos semanal que benefició a 1,500-2,000 familias, ofrecieron clases de computación para mujeres de mediana edad y abordaron problemas de salud mental y nutrición, como la diabetes.
Hoy en día, Chicas Mom cuenta con 25 voluntarias activas y ha impactado a más de 6,000 personas con una amplia gama de talleres, incluidos belleza e imagen. También proporcionan servicios como distribución mensual de pañales y asesorías legales en colaboración con el consulado mexicano en Los Ángeles y organizaciones como CHIRLA y MEND Poverty.
Rocío Vázquez acudió al médico tras fracturarse el pie izquierdo en un accidente menor, pero su visita llevó a un descubrimiento mucho más serio.
“Estamos muy contentas de que Chicas Mom sigue creciendo y ayudando a la mujer”, dijo Ayala, quien actualmente es instructora de clases de computación y diseño gráfico para adultos en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles.
Los testimonios:
Rosa Fuentes, originaria de El Salvador, recuerda como hace dos años llegó a Chicas Mom en busca de pañales para su recién nacido.
“Soy de bajos recursos y no siempre iba a poder comprar los pañales para mi recién nacido, así que he estado obteniendo los servicios y he ahorrado más de 500 dólares de esta forma, lo que me ha ayudado para comprarle a mis hijos -de dos, cuatro y nueve años de edad- ropa y comida”, dijo Fuentes, quien cuida menores.
Asimismo, Sandra Mosqueda, de Van Nuys, conoció a Chicas Mom a través de unas clases de nutrición a principios de este año.
“Las clases incluyen expertos en salud, recetas de comida, salud mental y servicio hospitalario. Me ha gustado tanto la iniciativa de la organización que también he tomado clases de teclado básico para computadoras, archivos y hasta aprendí a bajar aplicaciones al teléfono y utilizar zoom”, dijo Mosqueda, de 43 años.
Cuando Julio Alberto Ramos escuchó por primera vez que un candidato a presidente, en aquel entonces Donald Trump, acusó a los inmigrantes mexicanos de ser criminales, le ofendió este ataque.
Empoderando a la Comunidad
Aunque inicialmente se les etiquetó como feministas, el alcance de Chicas Mom trasciende el género, ya que también hay padres que asisten a los talleres.
“La mujer es la columna vertebral de la familia. Si ayudamos a una a sentirse bien en cualquier ámbito, ya sea emocional, intelectual, en finanzas o legal, estamos ayudando a toda una familia y últimamente a toda una comunidad”, dijo Ayala.
“Los padres de familia también son bienvenidos. Ellos reciben las mismas herramientas que las mujeres y eso empodera a la familia entera al final”, sostuvo.
Chicas Mom sigue siendo un pilar para las familias latinas del Valle de San Fernando y áreas cercanas como Glendale, Pasadena y Palmdale. Más que un grupo, es un trampolín para mujeres que buscan superar barreras y alcanzar su potencial, pero ahí no llega la misión, dicen las activistas.
“Estamos muy contentas de que Chicas Mom sigue creciendo y ayudando a la mujer”
— Gladys Ayala/ Fundadora y Vicepresidenta de ‘Chicas Mom’
Sobrevivir y Prosperar
Vivian Yochelson, una abogada de lesiones personales en el sur de California, se integró como voluntaria a Chicas Mom en el 2016, al conocer a algunas de sus integrantes y saber sobre su organización. Para el 2019 se convirtió en parte de la mesa directiva.
“Me pareció interesante que estas madres quisieran ayudar a otras madres y yo quise ayudar. Además se me hizo una labor diferente, ya que la mayoría de organizaciones apoya a la gente en inglés, pero Chicas Mom lo hace en espanol”, dijo Yochelson, nacida en Estados Unidos de padres chilenos.
De acuerdo a Yochelson, la organización por ahora intenta crecer al crear un compendio específico de servicios para poder llegar a la mayor comunidad posible.
“Estamos redefiniendo cada servicio. No podemos enfocarnos en todas las necesidades, pero podemos proveer de manera excepcional lo que las mujeres de nuestra comunidad necesitan”, dijo Yochelson.
“La visión más grande es poner a Chicas Mom en un mapa donde nadie de la comunidad se pierda de sus servicios”, dijo.
La organización se mantiene gracias a subsidios y donaciones de la comunidad y otras organizaciones sin fines de lucro, por lo que una sede estable también es prioridad.
Brenda Olivia, originaria de Guadalajara, México, vive en Pacoima.
“Soy voluntaria de Chichas Mom desde el 2017, y me siento satisfecha de servir aquí por azares del destino. Recuerdo que buscaba un edificio de desempleo, pero encontré a Chicas Mom en su lugar”, dijo Olivia, de 62.
Olivia había atravesado un problema familiar y ahí encontró un taller de maquillaje personal e imagen, donde también aprendió a combinar su atuendo. Poco tiempo después ella tomó las clases de computación y hasta la fecha las toma.
“Me gustaron los talleres y entonces decidí formar parte de la labor. No hay mejor lugar como Chicas Mom para empoderar a la mujer”, dijo.
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