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Primavera, tos y estornudos: ¿es alergia o COVID?

A bicyclist rides past yellow flowers
Los girasoles florecen a lo largo del sendero para bicicletas Ballona Creek y en todo el sur de California. Esto genera una pregunta: ¿los estornudos son por alergia, o por COVID?
(Genaro Molina / Los Angeles Times)
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Es un momento confuso para los habitantes del sur de California sensibles al polen. Llegó la primavera y trajo consigo los estornudos, la tos y las sibilancias provocadas por las alergias estacionales. Los vientos de Santa Ana, cuyas ráfagas se esperan para esta semana, también generan narices tapadas y ojos llorosos.

Pero al mismo tiempo, una subvariante de coronavirus denominada BA.2 está cobrando fuerza, revirtiendo la disminución constante en los casos de COVID-19 que habíamos visto desde que la variante Ómicron tuvo un pico invernal. Entonces, si tiene a mano una caja de pañuelos, es posible que se esté preguntando: ¿será el polen o algo peor? (Y no nos referimos a los ácaros).

Los expertos afirman que puede ser más difícil distinguir una respuesta alérgica de una infección por coronavirus si alguien está completamente vacunado, dada la protección que tendrá contra un caso más grave de COVID. Sin embargo, hablan de algunos signos reveladores para ayudar a decidir si hacerse la prueba o consultar a un médico.

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Es útil comenzar con un vistazo a qué son las alergias y cómo responde el cuerpo a ellas.

Una alergia es una reacción exagerada del sistema inmunológico a una sustancia inofensiva, como el polen de los árboles o la caspa de un gato, que se inhala, traga o toca. El sistema inmunitario interpreta la sustancia como una amenaza, generando un anticuerpo específico para ella (o movilizándolo, si el anticuerpo ya existe).

A un nivel muy alto, así es como reacciona el cuerpo al coronavirus que causa el COVID-19. Sin embargo, en el caso de una alergia, los anticuerpos estimulan las células en el área afectada para que liberen una cantidad excesiva de histamina, una sustancia química que (entre otras cosas) hace que la nariz moquee y los ojos piquen cuando el cuerpo intenta expulsar la sustancia no deseada. Si no se trata, una secreción nasal también puede causar un goteo de moco desde el seno nasal hacia la garganta (“goteo posnasal”) que puede agregar tos a los estornudos.

La tos también es un signo de una infección por COVID-19, al igual que la congestión, explicó la Dra. Rita Kachru, jefa de sección de inmunología clínica y alergias de la UCLA. Sin embargo, eso no se debe a las histaminas; hay un mecanismo completamente diferente involucrado cuando el coronavirus invade las vías respiratorias. De todos modos, es parte de la superposición de síntomas que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ilustraron con este gráfico en Twitter:

Como señalan los CDC, existen al menos cuatro diferencias que podrían distinguir las alergias del COVID. La fiebre, los dolores corporales y la pérdida del sentido del gusto o el olfato son comunes entre los pacientes con COVID, pero no entre los alérgicos. Además, las personas con COVID pueden sentir dificultad para respirar, pero normalmente no experimentaría eso alguien con alergia, a menos que tuviera asma, señalan los CDC.

Así como la fiebre suele ser un signo revelador de una infección, la picazón en la nariz puede ser indicio de alergias. “Nunca habrá picazón por un virus o una bacteria”, destacó Kachru.

Pero no todas las infecciones por coronavirus se desarrollan de la misma manera, por lo cual la ausencia de fiebre, dolores corporales o papilas gustativas desconectadas no es una señal segura de que no se padece COVID.

Es por eso que lo primero que debe hacer es considerar sus síntomas en contexto, remarcó el Dr. Dean Metcalfe, investigador principal de enfermedades alérgicas en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas. ¿Sus alergias suelen aumentar en esta época del año? ¿Tiene síntomas más allá de los habituales resfriados y estornudos? ¿Ha estado cerca de alguien que sufre de gripe o COVID-19?

“En general, cuando se tiene gripe o COVID-19, los problemas predominantes no son esta picazón intensa que se tiene con las alergias”, indicó Metcalfe, y agregó: “Esas cosas que sugieren una respuesta inflamatoria más amplia, más allá de las vías respiratorias superiores, es con lo que hay que tener cuidado”.

Otra prueba: si tiene alergias que lo aquejan todo el año, como sensibilidad al polvo o al gato, debería entender bien esos síntomas. Lo de cuidado, remarcó Kachru, es “un aumento en los síntomas o un cambio en ellos”. Tal vez haya más tos, mucha más mucosidad o cambio de color en ella, precisó.

Además, si tiene asma y los síntomas empeoran, “realmente necesita ver a su médico”, incluso si no está seguro de si es COVID, comentó Metcalfe.

Sin embargo, las diferencias se desvanecen si alguien ha sido vacunado por completo. En el lado positivo, destacó Metcalfe, “no se corre un alto riesgo de sufrir un caso grave”. “No se preocupe demasiado a menos que tenga fiebre, escalofríos [o] mialgia”, los dolores y molestias musculares que pueden acompañar al COVID.

Kachru señaló otra fuente potencial de malestar no relacionada con el COVID en el sur de California este fin de semana: los poderosos vientos que se espera soplen en el área. Las personas que son sensibles a la avalancha de partículas en el aire, los vapores de combustible y los cambios en la presión del aire experimentarán rinitis vasomotora, que describió como un problema más relacionado con los nervios que provoca irritación, secreción nasal y congestión.

Aquí hay un recordatorio más: “Siempre es mejor errar por el lado de las pruebas”, remarcó Kachru. Si sospecha que lo que lo tortura es el COVID y no las flores de su jardín o los vientos de Santa Ana, puede hacerse la prueba gratis, solicitar un kit de prueba gratuito del gobierno federal u obtener un kit casero y pagado por su aseguradora.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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