Adolescentes juegan con la muerte; lo que hacen a las espaldas de los padres
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Alex Vásquez, de tan solo 14 años de edad, llegó al hogar caminando de forma “extraña y con un moretón en la cara”, dice Diana, madre del menor.
Cuando la señora le preguntó al adolescente qué tenía, Alex respondió entre sonrisas y vergüenza: “I had my 30 seconds”.
¿Qué son esos 30 segundo? preguntó Diana. La respuesta la dejó atónita: “es un solo un juego donde te golpean por todas partes para ver si aguantas. Nada de qué preocuparse”.
No es noticia que los adolescentes siempre busquen juegos pesados para competir entre sí, retarse y ridiculizarse como un pasatiempo. Sin embargo, dicen los expertos, cada vez estas tendencias son más peligrosas y los jóvenes están terminando en las salas de emergencia o en el cementerio.
Entre las distracciones más riesgosas, se encuentra el surfear arriba de un auto en movimiento. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que siete adolescentes en Estados Unidos perdieron la vida de esta forma en el 2016.
Un reto mortal es el conocido “butt chugging” o el acto de ingerir alcohol a través del recto. La idea es aumentar el efecto del alcohol y la velocidad con que uno se intoxica. Sin embargo, esta acción puede causar envenenamiento, daño al tejido y hasta la muerte.
Asimismo, los jóvenes juegan el reto del polvo de canela, donde deben ingerir el polvo de una cuchara sin tomar agua, lo que seca la boca de inmediato y la garganta causando vomito, tos y posible asfixia.
De acuerdo a la información del National Poison Data System del Centro de Control de Envenenamiento de la Asociación Americana, que recopila información en tiempo casi real sobre cada llamada realizada, las edades de jóvenes que practican el reto oscilan entre los 13 y 19.
Siguiendo la moda de adolescentes en las redes sociales como Youtube y otros canales de internet, unos optan por el Huffin o Dusting, que consiste en inhalar cierto tipo de aerosoles de pintura, lo que puede llegar a crear daños cerebrales irreversibles.
Los CDC informan que para el tiempo que los niños estadounidenses están en octavo grado, un 20 por ciento han inhalado intencionalmente algún tipo de producto doméstico. Esta práctica disminuye rápidamente el suministro de oxígeno al cerebro y causa una sensación de euforia.
Otra acción extrema es el Skittling, cuyo nombre se deriva de los dulces Skittles. El juego consiste en abrir el botiquín de medicina, tomar una combinación de píldoras que llene el puño de la mano para luego tragarlas; el resultado es una sensación de euforia, alucinaciones y hasta la muerte.
Para Lilia Hernández, psicóloga familiar, cuando los menores deciden jugar de forma peligrosa, “ellos no están pensando en la muerte”.
“Los niños y jóvenes, especialmente los que tienen bajo estima, tienen la presión de mostrarse ante sus amigos e inclusive enemigos, que son ‘fuertes, atrevidos, valientes y muy hombrecitos’, por lo que acceden a estos comportamientos sin pensar en las consecuencias. Lo único que buscan es aprobación, diversión y encajar en cierto grupo”, dice Hernández.
Otros juegos incluyen el dejarse pegar en los testículos, el prenderse fuego asimismo o el drogarse con medicina para la tos.
“Una realidad es que la lista en inmensa y va a continuar mientras haya jóvenes. Sin embargo, los padres deben de hablar del tema con los hijos y dejarles saber las consecuencias”, añade Hernández.
El prohibirle a los menores a llevar a cabo este tipo de prácticas, regañarlos y hasta castigarlos por hacerlo, puede inclusive impulsarlos a continuar o tratar de hacer nuevas hazañas, sostiene la experta.
Para Diana, la formula que le ha funcionado es ver videos de este tipo de juegos junto con su hijo Alex.
“Le hago ver lo tonto que se ven los menores que se someten a ese tipo de comportamientos para que al final otros se burlen de ellos”, dice Diana. “Creo que ahora mi hijo lo piensa dos veces antes de jugar de esa forma”, agrega.
El juego de asfixia es uno de los más viejos, los menores se estrangulan por si solos o con ayuda de las amistades con cinturones o los brazos. Lo que causa preocupación y sorpresa entre los expertos es que niños de hasta seis años de edad hasta la edad de 19 juegan a estrangularse, según datos de los CDC.
Es importante construir la autoestima de los niños hasta su adolescencia, y asegurarles que no llevar a cabo estos juegos, no les quita la hombría sino les da identidad de líderes y no de seguidores, dice Hernández.
Otros juegos peligrosos son el reto del alcohol en el ojo, y el del hielo y la sal en la piel, que causa quemaduras.
Se les pide a los padres de familia que enfrenta problemas de comunicación con los hijos, buscar profesionales que puedan ayudarles.
Para más información, sobre problemas familiares o con los adolescentes acudir a SPIRITT Family Service Community Prevention Program
9401 S. Painter Ave., Bldg E Whittier, CA 90605 (562) 698-9436 o visitar. www.spiritt.org
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