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¿Qué está mal con las escuelas del mismo sexo? Mucho

Durante su primer día de trabajo, la nueva superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, Michelle King, sugirió que la educación para niños del mismo sexo podría atraer a más familias al distrito y mejorar el rendimiento académico de los estudiantes.

Ella no es la primera líder del distrito en esperar que esto se consolide -por no hablar de los fondos públicos - en todas las escuelas que tienen solamente niños o solamente niñas. Pero el LAUSD debe tener cuidado con la segregación de estudiantes por sexo.

La noción de escuelas de niños y niñas evoca imágenes rosadas de las instituciones privadas de élite, pero la historia de la educación de un sólo sexo en los Estados Unidos está llena de prejuicios equivocados.

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En la década de 1870, el profesor retirado de Harvard, Edward H. Clarke, generó el interés popular en la educación para estudiantes de un sólo sexo – Clarke argumentaba que exponer a las adolescentes a los rigores de una educación normal causaría que sus órganos reproductivos se marchitaran.

En la década de 1950, después de que la segregación racial fue declarada inconstitucional, se crearon escuelas públicas en el Sur del país divididas por sexo, buscando mantener alejados a niños y niñas de diferentes orígenes raciales.

Hay algunas escuelas públicas exclusivamente para niños o para niñas que son muy buenas , claro, pero ¿son buenas escuelas porque son de un sólo sexo? –

Hoy en día, en un revés importante, la educación que se imparte a estudiantes de un sólo sexo ha encontrado campeones políticos entre los partidarios de la igualdad de género y los que creen que los niños negros y latinos en particular, se beneficiarán de ser educados de esta forma, separados de las niñas.

En el 2001, la entonces senadora Hilary Clinton, copatrocinó una disposición de la No Child Left Behind Act, la cual proporcionó los fondos federales para las escuelas públicas de un sólo sexo, estimulando a los distritos escolares locales en todo el país a experimentar la segregación sexual.

Sin embargo, unos años más tarde, un estudio encargado por el gobierno señaló la falta de evidencia que demostrara que la educación diferenciada mejora el rendimiento del estudiante.

El gobierno de Bush decidió seguir adelante de igual forma y en el 2006 publicó directrices que señalaban no continuar con las escuelas públicas de un sólo sexo por violar las leyes contra la discriminación sexual en la educación.

Hoy en día, hay cerca de 80 escuelas públicas de un sólo sexo en los EE.UU., frente a un puñado que había hace tres décadas. Cientos de escuelas separan a niños y niñas durante la instrucción académica, aunque los campus sean técnicamente mixtos.

Así que, ¿cómo van?

Los partidarios señalan algunos ejemplos cuidadosamente elegidos para demostrar que la educación diferenciada eleva las calificaciones de las pruebas y aumenta la confianza de los estudiantes. Pero la historia en general es que aún con el número abrumador de programas en las escuelas públicas del mismo sexo, no se ha producido ningún resultado positivo.

En el 2014, los investigadores Erin Pahlke, Janet Shibley Hyde y Carlie M. Allison publicaron un meta- análisis de los estudios existentes sobre la instrucción de un sólo sexo; la revisión exhaustiva no encontró ninguna ventaja significativa para niños o niñas sobre coeducación.

Hay algunas escuelas públicas exclusivamente para niños o para niñas que son muy buenas, claro, pero ¿son buenas escuelas porque son de un sólo sexo? La evidencia sugiere que no; la investigación muestra que las escuelas exitosas hacen ciertas cosas - como la creación de fuertes relaciones de mentoría y mantienen el tamaño de las clases a un nivel manejable - que benefician a los estudiantes ya sean niños o niñas que aprenden juntos o separados.

Mientras tanto, crece la evidencia de que la educación diferenciada puede hacer un daño real al perpetuar los estereotipos de género.

En las escuelas de un sólo sexo de todo el país, los salones de clase de las niñas están decoradas en tonos pastel, mientras que en los salones de los niños están rodeados de colores vivos; a las niñas se les asigna leer ficción romántica, mientras que a los niños se les dan los libros que no son de ficción; los niños son sometidos a simulacros frecuentes y pruebas cronometradas, mientras que a las niñas se les asigna el trabajo en grupo y las actividades no competitivas - y así sigue y sigue.

Estos métodos de enseñanza “sensibles al género”, a veces son vestidos con la jerga de legitimación de la neurociencia, pero la noción popular de que los niños y las niñas están “cableados” para aprender de manera diferente descansa en generalizaciones sobre las diferencias sexuales que se registran en el cerebro.

Hoy en día, gran parte de la llamada “ciencia” de la diferencia entre los sexos ha sido desacreditada, pero eso no ha mantenido alejado a las escuelas públicas de modelar programas en teorías falsas.

Como resultado los niños se ven privados de la oportunidad de desarrollar habilidades sociales cruciales, tales como trabajar en colaboración y con pensamiento creativo, mientras que a las niñas se les niega la oportunidad de desarrollar habilidades para tomar exámenes y aprender cómo tener éxito bajo presión.

Los errores del pasado no prueban que las escuelas de un sólo sexo nunca puedan trabajar en la educación pública en un futuro, pero a menos que el LAUSD tenga una mirada crítica sobre los hechos y la investigación sobre la educación diferenciada, difícilmente podría esperarse que más adelante se haga algo mejor.

Juliet A. Williams es profesora en el Departamento de estudios de género en UCLA y autora de “The Separation Solution: Single-Sex Public Education and the New Politics of Gender Equality.

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Traducción: Diana Cervantes

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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